Mañana será otro día..
Pero ahora mismo daría lo que fuera por echar a correr, y llorar. Llegar a cualquier sitio lejos, sola, sentarse en una esquina abrazarse las rodillas, y llorar. Ahora mismo daría lo que fuera por poder dejar salir ese mar de lágrimas sin perder su fama de fuerte, y que sus lágrimas se unieran hoy a las lluvias de abril.
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